Todavía no he contado nuestro viaje de novios. Hicimos un combinado a Tenerife y Lanzarote. Lo pasamos genial, vimos muchísimas cosas y nos ocurrieron multitud de anécdotas.
Cuando llegamos a Tenerife, me pareció super feo, además el conductor llevaba el autobús fatal y llegamos con el estómago hecho un ocho. Hicimos varias paradas antes de llegar a nuestro hotel y cuando llegamos, lo que se me ocurrió decir es: "Oh! este hotel es el más bonito de todos!". La habitación inmensa, hasta teníamos un teléfono en el baño, lo nunca visto. Al día siguiente ya empezamos a movernos para ver un poco todo. Y ahí cambió mi primera opinión. Me pareció todo precioso, sobre todo, la zona del Teide, Qué lugar Dios Mío!, parecía el fín del mundo. Una preciosidad. Muy bonito también el árbol milenario, increíble y muy diferente a lo que había visto hasta el momento. El último día antes de marchar a Lanzarote, nos pillamos Eneko y yo una cogorza del quince. Los que allí cantaban se quedaron entusiamados con nosotros. Fuímos el alma de la fiesta, bueno más bien yo, que dí el cante un poco, una no se puede poner contentilla, que luego pierde los papeles.
Después volamos hacia Lanzarote, vaya viajecito. Una resaca terrible y encima los vuelos entre islas se hacen con aviones cutres. Así que llegamos hechos un trapito.
El hotel también muy bonito, aunque tenía un ligero problemilla, había cucarachas de color rojo asquerosas. Nos tuvieron que cambiar de habitación. La comida fabulosa en ambos sitios, creo que algun kilito de más ya trajimos los dos. El buffet era libre y era una auténtica gozada. Repetíriamos los dos. Nos entra nostalgia cuando pensamos en ese viaje. Lanzarote precioso, distinto, todo volcánico. Me llamó mucho la atención, una preciosidad.
Mi experiencia con el avión fue la leche, al principio lloré porque era algo nuevo para mí, pero luego hasta se me durmieron los brazos de los nervios que tenía acumulados.
Conclusion: repetiremos viaje a Canarias pero para conocer otras islas.
